PARA PENSAR Y MEDITAR

Cuentos, Relatos, Noticias, todo lo relativo al interés general tendiente a hacer reflexionar a la gente y enseñarles a pensar como seres individuales, enseñarles a encontrarse con sigo mismo y sobretodo aprender a seguir las señales de la vida. La vida es un pensamiento. Tu eres lo que piensas. Dirigido y supervisado por el Dr. Jordi M Becerro.

lunes, 10 de agosto de 2009

LOS HIJOS HAY QUE PENSARLOS ANTES DE TENERLOS

APRENDER A SER PADRES
PARA APRENDER A SER PADRES.

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita. Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.
Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo. Le enseñan que la felicidad depende de cada uno. Que ellos deben ir eligiendo a diario lo que quieren ser.
Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo. Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas. A convertirde en "buscadores" de su destino. La vida es el pensamiento de cada uno. Hay que enseñaele a los hijos a pensar y meditar.
Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz. Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, dentro de elllos mismos, porque como decía San Cayetano ahí esta el secreto.
Aún en lo más sencillo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás, le enseñan a superarse a sí mismo. La vida es un concepto individual, para ser feliz, hay que estar lejos del odio y la envidia. Enseñar a dar y compartir todo es el secreto.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa, le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta. Es solo nuestra verdad. Y debemos ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.
Como los verdaderos Sofistas. Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo,
Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores. Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos, le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito. Solo le deben indicar su experincia, y dejar que hagan la suya. Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad, le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella. Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias. Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia.

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