Escenario internacional
América latina bajo la lupa europea
Por una crisis financiera grave con centro en EE.UU., problemas de inseguridad jurídica y demandas de inversiones fuertes en otras áreas
MADRID.– Cuando en los 90 América latina se lanzó a realizar amplios programas de privatización de compañías públicas, los europeos figuraron al tope de las inversiones. Y también colocaron grandes cantidades de recursos para comprar empresas y bancos locales y realizar ampliaciones de infraestructura, energía y comunicaciones. Ese proceso inversor se dio en circunstancias que muchas veces no fueron las más favorables para la región. Bien porque los precios de las materias primas exportables era bajo, bien porque en la mayoría de los países persistían los déficits fiscales, bien porque los shocks externos disparaban crisis. Hoy la situación es muy diferente. Todos los países muestran resultados fiscales superavitarios, crecimiento importantísimo y sostenido, inflación baja, salvo unos pocos casos y saldo favorable de la balanza comercial. ¿Hay posibilidades de que ese proceso inversor europeo continúe? Un sitio ideal para encontrar respuestas es el Foro Latibex, que se realizó en esta capital. Latibex es un mercado de valores latinoamericanos en euros que funciona en España desde 1999 y en el que se cotizan las empresas de la región. ¿Cuál es el humor empresarial, especialmente español, hacia la región, en medio de los cruces entre el venezolano Hugo Chávez con el rey Juan Carlos? En primer lugar, importa el contexto económico y político mundial y en cada una de las regiones. Si en la octava edición del Foro Latibex en 2006 se podía ver a los europeos mucho más optimistas respecto de América latina y la economía mundial que los propios latinoamericanos, este año, en la novena edición, los europeos parecieron más cautos. Las razones: la crisis de las hipotecas clase B en los Estados Unidos es percibida como más grave que lo que aquí ocurre. “Se evalúan las pérdidas en unos 300.000 millones de dólares, eso es una cifra colosal y en la economía norteamericana tendrá un impacto grande, que generará una recesión de dos trimestres. "La baja de los tipos de interés de la Reserva federal todavía no terminó y probablemente todavía falten dos más. Eso hará que el dólar siga devaluándose y el euro puede llegar a valer hasta US$ 1,55", dice un analista especializado en la región. ¿Cuál será la consecuencia para la región? Nada catastrófico. Un punto menos de crecimiento, un poco más de inflación. Necesidad de tomar algunas medidas que harán que la administración sea menos fácil que en años anteriores. "Brasil pasó la prueba subiendo las tasas para domesticar la inflación; ahora deberá volver a hacerlo, pero con la economía creciendo menos, es una prueba más difícil", explica el experto. ¿Y en el caso de la Argentina? "Los Kirchner ya reforzaron la posición fiscal con un procedimiento muy antipático, como el aumento de las retenciones, pero que en el corto plazo funciona y, tal vez, no podían hacer otra cosa", afirma. Pero lo considera una buena señal para empezar. "Habrá que ver cómo comienzan la gestión, si van a comenzar el mandato de Cristina mostrando que son capaces de encontrar soluciones, todo será más fácil, si van a seguir criticando a los bancos y reprochándoles que tienen ´mucha platita , será más difícil". Claro que el peor de los escenarios es el propio Chávez, que amenaza con nacionalizar las operaciones venezolanas de Santander y BBVA, si el rey no se disculpa «No me cuesta nada [hacerlo]», amenazó. ¿Y cuáles son las razones para pensar que la crisis internacional no tendrá un efecto dramático en la región? Las ya mencionadas buenas posiciones fiscales y de balanza comercial, aunque el mismo experto calcula que en términos de dólares constantes, las materias primas se abaratarán un 15% en promedio. Una de las claves para la fortaleza es la nueva relación con China. Javier Santiso, de la OCDE, presentó un trabajo en el que muestra cómo las exportaciones de las economías de la región han ampliado su cantidad de destinos en los últimos años. Pero, además, mientras las ventas externas a los Estados Unidos se han mantenido estables en los últimos años, a China han continuado aumentando, mejorando su participación en el total. De este modo, los países serían menos sensibles a una retracción de la economía norteamericana. Santiso también se pregunta si China es una oportunidad o una amenaza de disputa para las exportaciones. Y concluye en que la proximidad geográfica sigue con una activo permanente para los envíos a las economías más poderosas de la región. "México es más competitivo que China frente a los Estados Unidos en la fabricación de bienes que requieren mayor interacción entre el fabricante y el proveedor y cortos tiempos para reaccionar", sostiene. Pero advierte que la eficiencia de los puertos de los países del área merecen un importante llamado de atención. De todas formas, en el trabajo que presentó, la Argentina aparece como la más eficiente en esa materia frente a sus pares latinoamericanos. Entonces, ¿cuál es la perspectiva inversora? En la primera jornada de Latibex la respuesta comenzó a aparecer con toda claridad. César Alierta, de Telefónica, dijo que esperan invertir entre 14.000 y 16.000 millones de euros en los próximos tres años. Antonio Brufau, de Repsol, explicó que "América latina crece a buen ritmo, pese a los vientos de crisis que llegan del Norte, pero necesita inversiones. Y el flujo de dinero del exterior sólo se mantendrá si la estabilidad institucional y la transparencia se imponen". Las empresas españolas han realizado unas inversiones netas totales en Latinoamérica de 7800 millones de euros anuales en promedio, entre 1993 y 2000, y de 4300 millones al año, en el período 2001 a 2006. ¿Hay algún inconveniente, además de la inseguridad jurídica para que crezcan de nuevo esos niveles? Uno importante es que existen mercados más atractivos. Por ejemplo, India. O la propia Unión Europea. Los países de los 15 han destinado 75% de su inversión extranjera precisamente a ese territorio. La razón es una fuerte disputa por la propiedad de las compañías. La más reciente de las conmociones ocurrió días atrás, cuando los madrileños prácticamente enloquecieron porque British Airways podía ampliar su posición en Iberia y llegar a controlar el Aeropuerto de Barajas y su espectacular Terminal 4. Una operación de Caja Madrid lo impidió. El aeropuerto representa para Madrid el 13% del PBI regional y subirá al 20%, cuando aumenten pasajeros y vuelos con una nueva ampliación. El argumento nacionalista fue que no se quería dejar esos ingresos en manos extranjeras. Lo curioso es que no sólo se trata de dos países integrados en la Unión. Además, los cuatro mayores aeropuertos de Londres están desde hace más de un año en manos de la española Ferrovial, que destina su mayor volumen de inversiones a ese destino, Estados Unidos y la India. Además, muchos de los que ahora impulsaron la operación para bloquear el aumento de la participación inglesa son los mismos que un año atrás criticaron al gobierno de Zapatero, cuando propuso crear un holding de compañías españolas, para evitar que entraran conglomerados alemanes en ese terreno. Invasión gala En los últimos días de noviembre, también se conoció la noticia de que los franceses de Crédit Agricole se transformaban en los primeros accionistas del español Bankinter, de la familia Botín, propietaria del Santander. Hasta el ministro de Economía y Hacienda de Zapatero, Pedro Solbes, manifestó su "sorpresa" por la operación, anunciada con sólo 24 horas de anticipación y que no fue hecha por el procedimiento abierto de oferta pública de acciones. Crédit Agricole es el mismo grupo, que literalmente abandonó a su suerte los bancos Suquía y Bersa, que aquí había adquirido cuando la crisis de 2001. También se retiró de la Banca Nazionale del Lavoro, cuya operación en la Argentina fue adquirida por HSBC. Santander ha estado liderando una importante expansión, que lo colocó en el centro de los conflictos del equipo Vodafone McLaren Mercedes de F1 y sus pilotos Lewis Hamilton y Fernando Alonso durante la temporada 2007. Santander, uno de los diez bancos más grandes del mundo, logró poner un pie en la importante plaza inglesa al comprar la financiera Abby. Y en 2007, se transformó en auspiciante del McLaren y sus pilotos. Pero no sólo eso. El gran premio inglés, disputado el mítico e hiperbritánico autódromo de Silverstone, fue el Santander British Grand Prix. Cuando se entra a cualquier sucursal de Abby, uno se topa con una gigantografía de Hamilton dándole la bienvenida. Y aunque el español Alonso se marchó de McLaren, Santander se quedó, seguramente pensando en sus negocios ingleses, en buena medida. El presidente Emilio Botín, estuvo en San Pablo, cuando el equipo McLaren no pudo quedarse con el campeonato de pilotos. Pero, en 2008, apostará en América latina, ya que patrocinará la Copa Libertadores. Por Jorge Oviedo Enviado especial