LA LIBERAD ES UNA DECISION:
Este cuento, se basa en hechos reales. Cuando estudiaba filosofía conocí a un joven, Mauricio, tres años después de haber sido liberado de un secuestro. Sus captores lo habían encerrado en un tétrico lugar mas de seis meses. Estuvo atado con cadenas y viviendo casi a pan y agua.
No obstante me hablaba con un entusiasmo pleno de ilusiones y de afecto. Me contaba sus proyectos y parecía feliz a pesar de haber soportado una experiencia tan dolorosa y destructiva.
- ¿No sientes rabia o rencor contra tus captores? -le pregunté abiertamente-.
Me miró, se frotó la cara con las manos y su rostro se ensombreció por un instante. Por lo menos esa fue la sensación que percibí de el, ante mi pregunta.
- Recién salí, - respondió con firmeza -, no fue fácil. Mi desesperación y mis rencores eran mi peor tortura, pero un día decidí que ya no quería cargar más las cadenas. Comprendí, Me di cuenta. El darse cuenta tan importante del que siempre hablamos Recuerdas?
- ¿A qué te refieres? -dije intrigado-.
- Yo estuve secuestrado con otra persona, - replicó -, nos liberaron al mismo tiempo. Después me la encontré, furiosa y amargada, sólo hablaba de su pasado, del daño irreversible que le habían causado, de lo crueles que habían sido, de lo feliz que se sentiría el día en el que se hiciera justicia. Solo Pensaba en Venganza.
Después de un breve silencio y como si revisara sus propias reflexiones o pensamientos me dijo claramente. Le sucedía lo mismo que cuando me divorcie de mi esposa por causa de terceros. Yo la quería, pero cometí el error de no perdonarla, comprenderla y eso me hizo mucho daño a mí y a mi familia.
- ¿Sabes? al ver a esta persona me di cuenta que daba lo mismo que lo hubieran liberado, que su cuerpo estuviera libre, porque él había decidido continuar secuestrado en su mente, en su dolor, en su pasado. Prefería pensar en sus captores, no disfrutaba a su familia, ni de la posibilidad de construir el presente ni el futuro que le dio la vida.
- Mis captores me quitaron la libertad, pero no voy a permitir que me quiten mi tranquilidad, si yo continúo alimentando este rencor, les estaré dando mi vida, es cómo si eligiera llevarlos conmigo en cada momento, por el resto de mis días. Ni mis seres queridos ni yo nos merecemos eso, la verdadera venganza será mi felicidad, dejarlos atrás y disfrutar de cada instante de mi vida. Como hice con mi esposa y hoy sin vivir juntos, somos igual una familia.
- Las verdaderas cadenas - concluyó- las tenemos en nuestra mente cuando decidimos continuar apegados al dolor, al resentimiento o al pasado. Eso es peor que un armario oscuro. Me comprendes ahora.?
- Como no comprenderte amigo. A mi no me han secuestrado, pero me han cortado la carrera empresaria una vez, por ser honesto, mediante un simple mensaje mafioso. Desde ese momento, en que sentí indignación y bronca reflexione y elegí que los míos me recuerden como alguien que supo reacoger la alegría de la vida y no como alguien que se quedó alimentando la rabia y la autocompasión. Me olvide de ellos y continué mi camino con mi propia decisión de ser libre. Así que te comprendo, solo te interrogué, para saber si a ti te habia sucedido lo mismo.
Amigos ¿cuáles son las cadenas que podrías empezar a soltar ahora? ¿Cuáles son los eventos pasados o presentes que puedes dejar de alimentar con rabia o dolor? No olviden que en cada momento puedes decidir agravar tu herida o empezar a sanarla para siempre. La libertad es una decisión, y el ser libre exige amanecer cada día como una nueva persona. Píensalo. Solo tú te conoces a ti mismo. Corrígete y así serás libre por tu propia decisión. Olvida el pasado que ya no existe, vive el presente que es la única realidad. Sos libre. Cambia. Olvida lo malo, recuerda y aprecia solo lo bueno y no olvides nunca que la LIBERTAD ES UNA DECISION PERSONAL.
