Saber discernir entre querer, hacer y el poder hacer es fundamental en la toma de decisiones, sean éstas privadas o públicas. Durante más de sesenta años hubo países que supieron aprovechar los momentos de bonanza, enriquecerse, crecer y dar a su pueblo una vida social digna. En la actualidad son pocos los países del mundo que poseen más de un dígito de inflación anual (países africanos, países sometidos a la guerra, etc). Sin embargo observamos que existen dos casos únicos, el de Argentina y Venezuela. El déficit presupuestario crónico que sufren estos dos países, puede ser de origen moral o intelectual, pero no meramente accidental. Razones de edad, de conocimiento del mundo y de estudio, me permiten afirmar que he sido testigo de los últimos cincuenta años de la vida de estos países. En este lapso he presenciado principalmente en la otrora Argentina Granero del Mundo, como se desaprovechaban ventajas y oportunidades, justamente, por no ser sus gobernantes, capaces de discernir entre el querer, el poder y el compromiso inteligente de pedir y dar.
La función pública se ha convertido en una especie de beca que se otorga a imberbes militantes que asumen poderes de alta responsabilidad, para recién estudiar la solución de los problemas que se esgrimieron para llegar al poder.
Recuerdo que cuando tenía apenas treinta años, me encontraba reunido con hombres importantes sobre un tema político y económico que yo creía conocer profundamente, en mi carácter de economista eximio. En ese momento dado, y a raíz de la fuerza de mis argumentos, alguien me dijo: "Quiere Ud. ser ministro? , porque lo designamos de inmediato". Mi respuesta fue para ellos tan desconcertante. como lo fue la oferta para mi: Pero tan mal le va al país?, respondí. Si yo tuviera que aceptar, jamás se me ocurriría dictar una ley de convertibilidad al dólar y en cambio procedería a realizar una fuerte devaluación con un dólar flotante, equivalente a dos pesos por dólar.
Los que han vivido en la Argentina ya saben lo que sucedió después. Yo me asustaba en aquella época, como las Subsecretarías se convertían en Secretarías de estado y posteriormente, Ministerios, hoy la cosa es peor. Tenemos Ministerios para todos los gustos, hasta algunos, que aunque les parezca mentira, se denomina Ministerio de Contralor del Pensamiento Humano, No sería raro imaginar que dentro de poco, si la gente no toma conciencia, por ejemplo, " para los funcionarios de turno. Por favor, evolucionen sobre este pensamiento!. Yo tengo mucho miedo, que si todo sigue igual, pronto la gente haga cola para buscar un puesto en el "Ministerio General de la Nueva Planificación de la Burocracia para la Articulación Social" .
Firmado Dr. Jordi Becerro, destacando que algunos párrafos coinciden por mera casualidad con la publicación del periodista Carlos Besanson en el diario del Viajero Nro. 738 del 20/07/2001.
Carlos Besanson para el diario El Viajero y jordiweb, en total coincidencia con hechos ocurridos