PARA PENSAR Y MEDITAR

Cuentos, Relatos, Noticias, todo lo relativo al interés general tendiente a hacer reflexionar a la gente y enseñarles a pensar como seres individuales, enseñarles a encontrarse con sigo mismo y sobretodo aprender a seguir las señales de la vida. La vida es un pensamiento. Tu eres lo que piensas. Dirigido y supervisado por el Dr. Jordi M Becerro.

viernes, 20 de abril de 2012

Agua, Carbón, Gas, Petróleo y yerba ?

Se piensan que loco título para una nota verdad?.   Pues No . Verán.
Los primeros 4 son recursos no renovables y contaminantes. El agua es el recurso más escaso del mundo y se desprecia. Sin agua mueres y el hombre está compuesto en un 8o % de Agua. El carbón, el mineral más antiguo de los utilizados como combustible para obtener calor, cada día mas escaso y muy contaminante, pero el hombre es casi todo carbón “del polvo vienes y en polvo te convertirás. 
Los hidrocarburos restantes más conocidos, el Gas y el petróleo, sin embargo, han alcanzado en estos 12 años valores superiores a los de un promedio de un siglo. Que tal? y por qué, ?  Porque el crecimiento del hombre del siglo 21 solo se mide en PBI y “money”, “guita”, “pasta”, como quieras, pero cada día se deprecia más como persona.
Bien, en este mundo actual globalizado, hay una corriente que deben seguir todos, aunque estos males son pecado común y es el de la sensatez, la honradez, la justicia, la salud y el mejor nivel de vida social de las personas.
Mal o bien, con dificultades y crisis la mayoría de los países del mundo civilizado van en una dirección, salvo algunos que siempre van a contramano, son como la canción “la Paloma de Joan M. Serrat” se equivocan siempre. En vez de ir al norte van para el sur y allí en el sur, nos encontramos con el estandarte del peor y más retrógrado país que existe en la actualidad. Un país que en el siglo pasado era la 7ma. potencia mundial. Si, no  lo duden, es la Argentina de la inseguridad, la corrupción  y la vagancia, donde simple y llanamente no roba quien no puede.
Lo haya querido así o no, la decisión de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner de nacionalizar la mayor compañía petrolera de su país, ha hecho que Argentina sea vista en gran parte del mundo como un país que se ha pasado plenamente al bando populista “Bolivariano” de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Otros países muy diferentes y que se les puede perdonar algo que a la Argentina no.
Cristina Con Gorra roja
Argentina no valora el agua, quemó y venteó durante años el Gas, no explotó racionalmente su carbón y por último despilfarró su riqueza petrolera.  Cuando el mundo se lanza a la globalización y se abre a los tratados de libre comercio buscando Capitales que generen puestos dignos de trabajo, la Argentina hace lo contrario y desde la presidencia de los Kirchner comienza a correr en contramano enloquecida por la autopista del genuino crecimiento hacia el bien común.  Ya había nacionalizado antes el correo en el 2003, la empresa de agua, Aysa en el 2006 y la línea aérea Aerolíneas Argentinas en el 2009. Más recientemente, el gobierno de Cristina Fernández expropió los fondos de jubilación privados y cambió las leyes para poder usar reservas del Banco Central, que hasta hace poco era independiente.

Pero YPF, cuyo 57% de las acciones estaban en manos de la empresa española Repsol y era considerada la mayor empresa de Argentina, que otrora fuera privatizada durante la presidencia de Menem y con el apoyo de los Kirschner, resulta que ahora, al igual que decía Tato, nada ha cambiado y la Sra. Presidenta viene a descubrir la pólvora y luego de haber sido cómplice de una privatización mal hecha, realiza una expropiación inconstitucional al mejor estilo de las dictaduras, de las que tanto dice odiar. Ante los ojos de los inversores extranjeros y la mayoría de los países industrializados, Fernández cruzó la raya. Enloquecida y embrujada de omnipotencia propia de una bestia en celo, guiada por los trastornos mentales de su Amado amante de turno y una juventud de imberbes ignorantes y secuaces ladrones, la expropió después de haber apoyado su privatización, solo para saciar su sed de ambición desmedida al mejor estilo Chavista.
En un artículo sobre la nacionalización de YPF titulado “Fernández imita al (presidente de Venezuela Hugo) Chávez”, la agencia de noticias Bloomberg dijo que “las semejanzas de las políticas argentinas con las de Chávez ha aumentado desde la reelección de Fernández” en octubre. Un día antes, el Financial Times había dicho: “Argentina puede olvidarse de que los inversores la consideren un país serio durante una generación más”. Y desde que yo tengo uso de razón ya quemó más de 10 generaciones.
El gobierno español ha protestado duramente contra la acción de Argentina. La Unión Europea seguramente suspenderá las retrasadas negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, casi en extinción y quizás pida duras sanciones internacionales contra Argentina.
Pero incluso dentro de Latinoamérica, el momento elegido por Argentina para desplazarse hacia el populismo radical es poco propicio. Argentina ingresa ante los ojos del mundo en un bloque en franco deterioro, y en momentos en que el anémico crecimiento económico mundial hace poco probable un alza de las materias primas que le de un segundo viento a su economía.

Lamentable, pero por lo menos así lo veo yo, sigan Argentinos con el “fútbol para todos” la birra, la yerba y el culo al sol. Dilapiden el agua, coman “pizza con Champán” que de este horno donde se han metido sin Gas, sin Petróleo y sin yerba de ayer secándose al sol, pronto serán un recuerdo al estilo de la famosa y cómica tira teatral “LA ARGENTINA DE TATO”.

No se pierdan el domingo a la 23 hs de Argentina,  4 Am de España a Jorge Lanata que seguro, superará este comentario y le pondrá un poco más de leña al fuego a las mentiras que inició la “REINA BOLIVARIANA” en tierras Sanmartinianas.

Dr. Jordi Martinez Becerro para www.jordiweb.com.ar
www.jorgeasisdigital.com   y toda la prensa libre y pensante que quiera poner freno a este tren que marcha sin rumbo y a lo desconocido.
PD. El fin no justifica los medios. Sino la historia del mundo sería otra.