Había conocido nada mas y nada menos, que a la astróloga de la REINA SOFIA. El español, de La Alberca pura sangre Celta en sus venas y siempre interesado en los temas esotéricos. Vivía en La Plata, en una residencia de City Bell.
Sabedor que ella iba a pasear y conocer Mar del Plata y que se alojaría en el Costa Galana, se le ocurrió viajar a su departamento en la costa que se encuentra ubicado justo al lado.
- Hola que hacéis aquí?
Dijo ella, sorprendida cuando lo encontró un día esperando su salida del hotel.
- Es que tengo un departamento aquí justo al lado. Y bueno mi intención es invitarla a cenar y conversar un poco, si a Ud. le agrada la idea.
- Sí! como decir que no, a semejante galantería!!!
- El viernes a las 22.00 h. esta bien?
- Sí, perfecto, aquí lo espero.
- A las 21.55 h. estaré en la puerta.
En seguida él planifico la noche.
Llamó al “Rincón Basko”, un Restaurante que conocía desde hace más de treinta años; era “amigo “ de los dueños. Él había sido educado en “Euskal Echea” un colegio vasco de Frailes Franciscanos, y tenia una educación que lo hacía resaltar sobre los demás por sus elevados conceptos de la “ética” y el “valor” . Además era un ganador, y triunfador en todo lo que se había propuesto en la vida. Para él no existía nada imposible. Era un Mago en el buen sentido de la palabra.
Ella una mujer muy preparada en lo suyo, pagana, honrada, conocedora de la vida y muy buena en su trabajo, lo que sumado a sus percepciones muy particulares de las cosas, la había llevado a ser nada más y nada menos que la Astróloga de La Reina. El andaba rondando los 55 ella los 44.
Reservo su mesa de siempre, la del rincón de J.B.Justo y Entre Ríos, la que había tenido siempre. Su mesa a la que había concurrido con su familia con sus hijos desde pequeños; con sus amigas después de divorciado y con sus amigos de siempre. Creo que si contamos las veces que había concurrido; habría él solo llenado el restaurante unas cuantas noches de temporada si hubieran sido todas al mismo tiempo. ...’Era su casa’...
Pasaron una noche de Reyes y como tales fueron atendidos, pero él observó que faltaba uno de los dos mozos titulares, el que siempre lo atendía; preguntó al suplente por él y este le respondió, que estaba de franco. Luego se acerco el dueño, su “amigo” Martín Azarzola quien los invita con un lemonchelo y aprovecha para conversar con la Sra. y le obsequió un prendedor del Centro Vasco. A la despedida los acompañó como de costumbre hasta la puerta, saludó y beso a su ‘amigo” Jordi y a la Sra. María Nela, su compañera de la noche.
Mientras regresaban , ella le dijo a él.
- Jordi, mañana quiero regresar. Este lugar fue el mejor que disfrute en mi vida. Llevo todo grabado en mi retina y ni el Palacio Real tiene esa calidez.
Así fue; el sábado a la misma hora se encontraban disfrutando el lugar y las exquisiteces. Además estaba su amigo y mozo de siempre “el Santiagueño”.
- Me quede dormido.
Dijo a ambos, mientras los atendía con la gentileza de siempre.
Era un gran mozo y estaba desde hace más de veinte años en el mismo lugar todos los días.
- Avise y me dijeron no importa quédate.
Fue después de un fin de semana cansador, y había poca gente ese día.
Jordi no alcanzaba a entender y menos María Nela, que disfrutaba de la cena.
- ¡Dos días de suspensión; Jordi, a Ud. le parece!?
Ahí, comprendió...
- Sí, verdaderamente le respondió. Y sobretodo tratándose de Ud. un hombre, que está con ellos desde hace tanto tiempo.
- Lo que pasa – prosiguió Jordi – es que la situación económica, pone mal a cualquiera, queriendo justificar a sus “amigos”
- Pero dos días Jordi, y avise, estaba cansado, muy cansado...dos días ...
Durante toda la noche, cada vez que traía algo se justificaba, que pensaran mis hijos, yo tengo familia, soy un ser humano aunque sea mozo, Nunca falte... dos días me comí. ¿le parece que me merezco eso?
Y así toda la noche, tal fue la sensación que María Nela trató también de hacerlo sentir bien y Jordi en cambio trataba de justificar a sus “amigos” diciéndole - que bueno, ya eso era pasado, no existía, que disfrutara su presente y pensara en el futuro.
La noche y la cena llego a su fin... y en eso... María Nela observa que la copa de vino común, una copa de vidrio de restaurante común y silvestre, decía Bodegas López...
- ¡Jordi , esta copa me la quiero llevar de recuerdo!...
- Llévatela mujer dijo Jordi. Es tuya
- No, como... Se la pediré al Mozo... y así hizo.
- No me ponga en compromisos Sra. - replicó el Santiagueño, destruido, - me acabo de comer 2 días. Agrego.
- Esta bien, replicó María Nela
Se puso de pie y llamo a Martín, el dueño, y le pidió la copa para llevarla de recuerdo a España.
- No se la puedo dar Sra. - Explico Martín.
- Los de Bodega López son unos miserables y solo me dieron doce, de las que creo me quedan once.
- Si valen tanto - ¿Para que las pones en las mesas? – Se pueden romper. – Dijo suavemente María Nela.
- Bueno,- Replico Jordi ¡ya la docena se rompió, qué más vale once qué diez! si es una simple copa de vino de vidrio y la Sra. es...
- ¡No; Sra!. Dijo Martín, no puedo...- No insista
- ¿Te la compro? – Dijo Jordi sacando $ 20 del bolsillo.
- ¡No, dijo él no se la lleva ¡ y se retiró. Queriéndose justificar que la bodega López eran unos miserables y le quedaban solamente once.
- Qué clase de amigo habías tenido Jordi. Ahora soy yo quien comprendo a este pobre hombre.
- Los López serán miserables, pero en casa !Cómo andamos! Verdad?
Jordi, calmó su impotencia, su ira, o cómo cada uno quiera llamarle, apretando un papelito y mirándola fijamente a María Nela, cambio su copa por la de ella, la que decía Bodegas López, brindo con ella con el poco vino que quedaba, Rincón Famoso, y levantándose arrojo al piso la copa.
- Qué parezca un accidente!!!....
- Y ella, sonriendo repitió. Que parezca un accidente. Y con una copa nueva que trajo el mozo, mientras barría los restos esparcidos de vidrio, volvieron a brindar y riendo entre la multitud de comensales repitieron nuevamente a dúo. ¡Que parezca un Accidente ¡ y ella agrego...
- Una copa menos que le hace al tigre ¿verdad ?
- Y mirando a la gente y en especial a Martín dijo en vos fuerte. En mi tierra cuando se rompe una copa significa FELICIDAD, Felicidad para todos. Y el Restaurante entero Brindo con Jordi y esa Mujer de mirada penetrante, escorpiana y de acento Español que reía y la sonrisa de Jordi volvió a brillar en sus ojos.
Esa noche después de pagar la cuenta, Martín no se levantó a despedir a sus amigos. No sabemos si por vergüenza o porque la copa era muy valiosa. Ahora solo le quedaban 10. Pero después de pagar y saludar al Mozo, María Nela y Jordi salieron por primera vez solos a la Calle.
Subieron al Auto, se miraron y Jordi le quiso explicar...
Ella no lo deja hablar...
Solo rió otra vez y dijo.....
¡Qué parezca un accidente.!
JORDI, volvió a sonreír y dijo. La semana que viene volveré con una docena...
JAJAJA!!!!!!!
UN CUENTO de
JORDI
21-Agosto de 2005
